domingo, 19 de enero de 2014

La dama de las letras...

una joven Rosario Castellanos
Corría el año de 1974 y una mujer joven, representaba a nuestro País en Israel.
Era embajadora y se llamaba Rosario Castellanos, tenía 49 años cuando un accidente la privó de la vida.

Algunos piensan que fue un accidente...

A quien se atreve a decir que fue un asesinato político...

La verdad sobre las circunstancias de su muerte quizá jamás sea esclarecida lo que sí recordaremos siempre es el bagaje que nos legó.

A la edad de veinticinco años ya había publicado su primer compendio de poemas.

Su novela BALUN CANÁN le valió en 1954 el premio Xavier Villaurrutia, era una mujer, reconocida por su labor, admirada.

Escribió años en el periódico Excelsior, fue promotora del Instituto Chiapaneco de Cultura (ella era Chiapaneca) y portavoz de los derechos indigenistas (¿le habrá valido esto la vida?).

El Fondo de Cultura Económica ubicado en la calle de Tamaulipas no.202 colonia Condesa en la ciudad de México lleva estampado su nombre rindiéndole homenaje.

Pocas mujeres han tenido el impacto social que las las letras de Rosario Castellanos causaban tras cada publicación.  Se codeó con los grandes de su época (hombres todos por supuesto: Siqueiros, Juan Gonzalo Rosé, Octavio Paz...)
una imagen convertida en leyenda
Hablaba de otras como ella: Sor Juana Inés de la Cruz, la poetisa Safo, de sus luchas.

Al conocer su obra, lo más impactante es lo contemporánea que es.
Lo poco que ha cambiado nuestro País ante las acusaciones que ella comete:

Las diferencias de clases, el maltrato a los indígenas, la posición sumisa y consumista de las mujeres.

Las dificultades envueltas en lo cotidiano.
La abrumadora realidad.
La hipocresía, el cinismo y la descortesia per se.

A lo largo de sus relatos se descubre una narrativa que sólo platica lo observado.

Sin juzgar, sin ofender, sin ajusticiar.

Está plasmado ahí, en letras el corazón de una mujer.

Se dice que transitaba la vida deprimida, me atrevo a decir que lo que ella percibía de la vida la deprimía.

Porque la vida la tomamos a través de los ojos y la digerimos con el corazón, las sensaciones que nos provoca.

Admiro a Rosario Castellanos amén de las mujeres fuertes y sensibles.
Que vivan todas ellas!

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