martes, 19 de julio de 2016

GURÚ PÚRNIMA

El Maestro siempre llega cuando el alumno está listo.
Tiene instrucción Divina de encontrar a su "Chela", un discípulo, aquel que, atentamente, recibirá la información sagrada que el Maestro ha aprendido de otro Maestro.

Equivocado el que piense que ha "creado" algo pues es sólo Dios quien crea.

Nosotros, los humanos, podemos conectarnos con la creación de Dios, quizá, pensar que entendemos y entonces, generar una ecuación matemática tan lógica que sea capaz de destruir al mundo (E=mc2).

Sin embargo, pensar que lo creamos es mera confusión, es ego.

(Eso, los Verdaderos Maestros lo saben.)

Por ello toman las enseñanzas lo más puras que pueden, lo más apegadas a como las enseñó su Maestro y entonces las transmiten.
Confíemos que hay un linaje de Maestros que no interpretan ni vacilan con la información y sólo la transmiten.

Hoy, honramos a esos Maestros.

Honramos la gran oportunidad que tenemos de tener un Maestro.
Honramos la Gracia y la belleza de las enseñanzas.
Honramos la vida y la muerte de nuestros ancestros.
Honramos a Dios cuyo linaje habita en todos los Seres Vivos.

El Maestro sólo toca a la puerta del alumno una vez.
Es responsabilidad del alumno abrir o no la puerta, aceptar o no las enseñanzas, perpetuarlas o decidir no hacerlo.

El Maestro sabe de esas posibilidades y está de acuerdo.

El Maestro es una energía sólida, estable, unidireccional, luminosa, interior y trascendente.

El Maestro habita dentro de cada uno de nosotros y necesita conocer a un Ser capaz de despertarlo, de revelarlo, de ponerlo en práctica.

Hoy, honramos a esos Maestros que ponen en marcha a nuestro Guía interior.

Yo, encontré en Yogi Bhajan mi casa.


                     Oh, amado, gracias por venir a buscarme.
                     Te esperé llegar, pacientemente, toda mi vida.
                     Que sea mi práctica un homenaje de tu existencia.



Que todos ustedes que anhelan conocer a su Maestro lleguen a El y que aquellos que lo encontraron, gocen de su compañía por siempre.

M.


lunes, 18 de julio de 2016

GALLETAS VEGANAS

Esta lloviendo y a veces, en la tarde, me dan ganas de comerme una galleta.

Al principio ser vegana me costaba mucho trabajo porque prácticamente todo lo dulce tiene huevo o leche pero a un año del ejercicio puedo decirles que cada vez encuentro más recursos creativos para resolverlo.

Esta receta además la utilizo cuando nadie en la casa comió plátanos y están muy maduros (la comida no se debe tirar).

Además, en una era donde google facilita el aprendizaje, es fácil dar con similares.

Esta vez, comparto la receta de galletas que me ha sacado más de una vez del apuro, ya que, además, son rapidísimas de hacer y deliciosas!

Aquí va:

INGREDIENTES:

2 plátanos tabasco muy maduros
1 taza de copos de avena enteros y crudos
1/2 taza de avena 3 minutos 
1/2 taza de arándanos deshidratados
1/2 taza de nueces pecanas picadas
Aceite de coco comestible


PREPARACIÓN:

Calienta el horno a 180º
Engrasa una charola con aceite de coco comestible.
Pela los plátanos y machácalos en un bowl con un tenedor.
Añade los copos de avena y mezcla.
Añade la avena 3 minutos.
Mezcla todos los ingredientes con un tenedor hasta tener una masa uniforme y con consistencia.

Divide la masa en dos tazones, a uno añádele los arándanos, al otro, las nueces.

Haz la masa bolas con tus manos y aplástalas poniéndolas una a una en una charola que hayas engrasado previamente.

Hornea por 15-20 minutos.
Disfruta!

Que Dios los bendiga.
M.

lunes, 11 de julio de 2016

Una vez encontré un pajarito...

Iba pasando por ahí, paseando a mis perros cuando de pronto me cayó algo en la cabeza, al principio, pensé que era una rama de árbol (había llovido muy, muy fuerte) pero luego noté que Bonifacia (mi perra) estaba olfateando y de pronto, vi a la rama correr!

No era una rama, era un mini mini pajarito y cayó del árbol!

Le eché mi chal encima y lo traje a casa.

Lucía mi hija, tiene una jaulita de decoración y decidimos acondicionarla, le pusimos servitoallas y un peluche de cocodrilo miniatura para que lo abrazara (pensé que tal vez extrañaría a sus hermanos).

Le escribí a Sonia mi amiga que es bióloga y dijo; "No se si lo logres, yo he rescatado varios, pero si la mamá lo tiró del nido, en general, no se va a lograr, aunque, también muchos sobreviven".

Decidí hacer mi mejor esfuerzo y dejarle a Dios el dictamen final.

La primera noche iba a ser determinante así que dejé el mantra Guru Ram Das y después de darle de cenar (pan integral revuelto con huevo) emulando a su mamá (con un palillo de dientes) le dejé una lámpara cerca a manera de calefacción.

La primer sorpresa me la llevé cuando a las 6:00 am del día siguiente el pajarito ya cantaba demandando atención.

Le dimos de comer e hicimos ensayos de vuelo atravesando mi sala.

Hubieran visto que feo aterrizaba!
Era obvio que aún no era tiempo y que debíamos seguir esforzándonos.

Lucía estuvo atenta del pajarito y le dió de comer cada vez que comenzaba con esos cantos más bien parecidos a un chillido que inundaron la casa.
Pajarito sobrevivió su segunda noche y después de desayunar tomé la iniciativa de darle un buen baño con agua y jabón. Comenzó a comer cada vez mejor y ahora abría la boca grande, grandísima para recibir mayor cantidad de alimento.
Su canto se tornó de agudo y convulsivo a refinado y gorgorante, sonido que atrajo a muchos pájaros a la terraza, entre ellos, su madre!

Pollito (así lo nombramos) comenzó a querer estar en la ventana y al ver que su madre estaba ahí suplicó (con una mirada bastante expresiva) que lo dejara salir; las pruebas de vuelo habían sido mejores y entonces lo saqué.

Su madre le trajo alimento y se lo dió directamente el la boca, lo acicaló y después de unas horas lo animó a abrir sus alas e irse volando con ella.

A nosotros, en casa, esta experiencia nos dejó con el corazón caliente y el ánimo en alto.

Que bonito ayudar a otros, sea cual sea su forma física.

Sat Nam.
M.





jueves, 7 de julio de 2016

ME DUELE...

Vamos por la vida pensando que no debe de doler.
Vamos por la vida habiéndonos creído el anuncio de Advil y sintiendo que el dolor no es normal y hay que combatirlo, a costa de todo...

¿Qué sucede en ustedes si me atrevo a comentarles que el dolor es parte de la experiencia de estar vivos?

¿Se asustan?

Tengo una pregunta para ustedes:

¿Los niños nacen en dolor?
Si la respuesta es sí, entonces habremos de reconocer que el dolor de nacer; el dolor que genera el nacimiento en el cuerpo de la madre, y el dolor del recién nacido al ver la luz por primera vez, el cambio abrupto de temperatura, la nalgada que arranca el motor...

Todo eso es vida.

¿Por qué entonces nuestro miedo colectivo al dolor?

Mi respuesta interior es que es condicionamiento.  Hemos sido entrenados para estar tranquilitos, vestidos así de bonitos y sonriendo y no, no te quejes del dolor, anda y ve a la farmacia que por unos pesos se te olvida un rato tu agonía.

Mi respuesta interior también me dice que esa agonía cien veces tapada con jarabes y pastillas habla de una agonía mucho mayor, interior y que retorna al cabo de las horas, las días, los años.

Mi interior me clama decirles que se rindan ante su dolor.  Abracen su dolor de cabeza y escúchenlo, quizá quiere decirles que eso que hicieron estuvo muy mal y deben pedir disculpas, quizá, el dolor en el estómago atiende a ese sentimiento del que no terminan de salir...

Pensemos que somos un volcán, un volcán con mucho, mucho miedo a hacer erupción.  Un volcán que al sentir que viene una erupción, corre a la farmacia por pepto-bismol...

¿Cuánto tiempo o cuántas veces creen que el volcán pueda no hacer erupción debido al pepto-bismol?
¿Qué creen que sueceda después cuando ya no haya pepto ni remedio?

Pues sí... Una mega erupción...

¿De verás quieren vivir así?

Hoy escribo desde mi cama, aturdida de dolor y enmedio de la reflexión.


¿Acaso estoy menos viva por qué tengo dolor?
No, ni por un segundo.

¿Acaso la vida pierde sentido en medio del dolor?
No, ni por un segundo.



¿Acaso debo esconderme de mí y pintarme de otra cosa?
No, ni por un segundo.

¿Quién soy yo para juzgar mi propio dolor?
¿Y si lo dejo de juzgar y lo vivo?

Quizá, sea feliz con todo y dolor.
Quizá, reconozca la belleza en portar un cuerpo humano, que duele!!!

Tengan un día infinito y muy bello.
M.

miércoles, 6 de julio de 2016

LA MAESTRA ANIMAL

Hace alrededor de tres años Pablo, Lucía y yo pasabamos en coche un sábado por la tarde en dirección a mi casa.

A la distancia, logré ver un perro muy hermoso persiguiendo a un señor de aspecto muy humilde.

Le dije: "Pablo, esa perra está asustando a ese señor", a lo que Pablo respondió: "No, para nada, esa perra es de ese señor".

Mi corazón comenzó a girar sobre su propio eje y le dije: "Párate que voy a bajarme a ver".

Para cuando me bajé el señor había tomado un microbus y la perra transitaba lentamente en dirección a un vertedero de basura.

Caminé siguiéndola hasta que estuve muy cerca y entonces me hinqué y le dije: "¿Qué haces aquí?.

Ella se acercó a mí, me olfateó completa y después se paró sobre las dos patas traseras confinándome un grandísimo abrazo con las patas delanteras, su morra, practicamente, se hundió en mi cuello.

En un segundo, ese animal y yo fuimos uno.

Se asomó una señora por su ventana, le pregunté: ¿Es suya? a lo que la señora respondió: "No y ¿sabe qué? si puede, llévesela porque tiene 10 días viniéndo a comer basura".

La cargué y la subí a mi coche.
Desde ese día Bonifacia (así la nombramos) se ha ido convirtiéndo poco a poco, en nuestras mañanas, nuestras tardes y nuestras noches.
Ella pertenece a una raza de nombre "Pastor ganadero australiano" y he generado una historia alrededor de nuestro encuentro.

Bonifacia sufre, constantemente, de ataques de angustia (asunto que varios que han ido a mi casa pueden confirmar gracias a sus mordidas) y asumo que su otra familia no pudo más.

A veces, ante algo así de retador, nos rendimos.
En estos años he aprendido que el verdadero amor, tiene dos características fundamentales:

1. No se agota
2. No se rinde

Cuando mi paciencia se ha drenado (cosa que es del ego) llamo a mi madre, le cuento el mal, mal día que Bonifacia nos hizo vivir (cosa que es del ego también)  y después regreso a ella con la certeza de que encontraremos la paz que tanto anhela (cosa que es del Alma).

Si ustedes transitan una experiencia difícil en relación a ustedes mismos o a otro, porfavor recuerden separar, concientemente, los actos que nacen del ego y los actos que son del Alma.

Es normal tener ego!!! (somos humanos), el chiste sería no engancharse en el, poderse sacudirse el sentido de drama y ver brillar la luz, otra vez. (Y hacerlo así, las veces que sean necesarias durante un día, y tomarlo un día a la vez).

Yo, en Bonifacia tengo una gran Maestra.

Ustedes en quién?

Que sus pasos los derramen a sus pies.
M.

martes, 5 de julio de 2016

De cuando me aterré por un examen

Llevo toda mi vida conociendo mi verdadera vocación: Servir a otros.

He intentado todo, he tenido un restaurante de comida Ayurveda (bastante exitoso por cierto), he tomado infinidad de cursos sobre nutrición y ayurveda, cursé los niveles de Kabbalah... no me detuve jamás en la búsqueda.

Mi intuición me lleva a pensar, que, por encima de lo evidente, se halla la Verdad Absoluta.

Sin embargo, he fallado.

He fallado en la manera en la que fallamos todos en lo individual y en lo colectivo.

He fallado en mi certeza interior y en mi auto-percepción.

He fallado al creer que lo que opinen los otros de mí es muy importante y también he fallado en no reconocer que soy un ser pleno, profundo, íntegro y espiritual.

Este fin de semana, llegó a término la formación de maestra en yoga Kundalini a la que me he sometido dos años.

Me presenté al examen, una vez más, dudando de mi capacidad y mi conocimiento (eso no significa que no lo haya aprobado sino que, una vez más dudé de mi).

Quiero compartirles esto porque sé, que muchos de ustedes, los que se toman un minuto para leerme, han tenido pruebas difíciles y casi siempre se presentan a ellas con el corazón a tope, las manos sudorosas, el alma compungido.

Basta!
Digo yo!
Basta!

Basta de auto abusar y por ende abusar de otros.
El reconocimiento jamás viene del exterior, es un don auto otorgado.

Quizá, si cada uno de nosotros se reconociera valioso, así, desnudo, como es...

Entonces...

Entonces el mundo legítimamente sería un lugar mejor y no un lugar de choque de egos y caos.

Nos pongo esa tarea: Mirarnos!

Sat Nam.

Que sus caminos los lleven de regreso a sus pies.
M.