jueves, 31 de octubre de 2013

UNA "Bonita" HISTORIA DE AMOR...


Bonifacia alias "la Bonita"
Había una vez una perra, muy, muy linda que vivía en una casa.  Tenía un papá, una mamá y un par de hermanos niños.

Casi siempre estaba en el patio pero eso no era importante.

Lo importante era estar atenta al sonido de la calle.  Los sonidos de la calle le anunciaban al vendedor de Biblias, a la señora del Yakult y también al molesto repartidor de periódicos.

La vida transcurría en bastante paz.

A veces, en días muy soleados, mamá abría la puerta de la cocina y ella podía olfatear el estofado, subir corriendo las escaleras, morderle la pantorrilla a su niña hermana y podía hacer todo esto antes de que le gritaran:  "Al PATIO".

Un día tuvo un sueño.

Soñó que todo iba a ser diferente.
El patio se hacía inmenso y ella recorría cada rincón de él.

Paciente, espero la oportunidad de hacer realidad su fantasía.

Valiente, tras dos ladridos, corrió entre las piernas de la señora del Yakult  para ver el patio, que yacía, más allá del patio...

Al principio su sorpresa fue grande!

Que inmenso era ese nuevo patio!!!

Grande, grandísimo... Había yerba aquí y allá.  Había olores de mil y un perros en mil y un noches,

¿alguno estaría esperándola ahí, afuera?

Había un taco por aquí, un tamal por aquí (que diferente la cocina del patio grande que la de la basura de mamá).

No supo ni cuándo pero se hizo de noche. Que noche! Había faros rotos en una o dos esquinas pero la vista era genial...

Así paso el tiempo...

Los días se iban borrando en brillo.

"Tengo hambre" se oyó pensando...

"Extraño a mamá, extraño a papá"....

                                     ...tengo sed...

El ánimo se le escurría entre las horas tumbada a la sombra de un pirul.  La noche venía cargada de hombres raros, que olían feo y se reían de darle una patada, de tirarla de la cola.

"Extraño a mamá,
         extraño mi patio,
                      extraño"...

"Extraño" se había convertido, en su interior en una palabra recurrente.

Así, perdida estaba vagando, siguiendo su destino hacia el no sabía dónde cuando de pronto una camioneta blanca, cargada de familia, se orillo.

Estás perdida?

Le pregunte.

Ven...

Ven conmigo, tu también te mereces otra oportunidad...
Bonifacia asoléandose en la cocina


¿Mamá?

         ...pensó...

"Bonifacia alías "la bonita" te vas a llamar"...

Ven, Bonita, vamos a la casa, que hace frío...

Su corazón, se detuvo un momento, el patio grande se había convertido en una camioneta blanca y estaba segura, segurísima que la camioneta blanca era el inicio de algo, algo nuevo, algo mejor.

A la camioneta pensó, a ser valiente, una vez más.





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