domingo, 24 de marzo de 2013

Más vale sólo que...

mal acompañado...

Después de escribir "la casa de palitos" me ha costado mucho trabajo retomar.  Me estuve debatiendo si hoy escribiría sobre el mito del "Ave Fénix" o sobre esto de la soledad.

Sin más divagación, comencemos:

Vamos a hablar de la soledad como una oportunidad.

Les voy a platicar de mí.
En este momento de mi vida no cuento con mi madre, con mi padre, con mis hermanos, con mis primos ni con nadie de la familia que me vio nacer...
La vida, ha querido, que, estos dos últimos años, me separe de mi raíces para crecer.

Al principio, lo tomé muy personal... pensé, "estar sola es un castigo".
Pensé que hacía todo mal y que la soledad era el final.

Me ha tomado todo este tiempo llevar mis vivencias a mi corazón  y entender que no es así.

Estoy aquí, sin ellos, porque yo no supe poner límites en su momento.
Confundí el amor y el respeto y jamás me supe defender.

Nació Lucía y me enseño, desde el vientre, un par de cosas.
La primera fue una novedad: el amor comienza en mí para mi y de ahí para todos los demás.

Creí que el amor era darse hasta que doliera.
Creí que era magnánima por dejarme al final.
Que confusión!

Los hijos no deseados, venimos al mundo a aprender.
Tenemos que aprender que el amor no es un regalo que los demás nos dan, el amor es un regalo que Dios nos siembra en el corazón.

Dios, al darnos la patada para bajar a Tierra nos pone un rayo de Sol en el plexo solar, brilla desde la primera vez que respiramos y se apaga al morir.

Hemos hablado de esta luz en Ayurveda como "agni".

Las relaciones con los demás nutren o desgastan a -agni-.  Las relaciones basadas en el respeto, la sinceridad, la compasión lo nutren.
Las relaciones basadas en la rivalidad, el ego, la falta de respeto, lo agotan.

Las relaciones que hasta hoy viví fueron agotadoras para mi agni.

Me deseo que quien venga a mi vida, venga cargado de alegría, de gozo.
Me deseo que quien venga a mi vida, esté lleno de sabiduría y de perdón. De amor pleno y abundancia.
Me deseo una familia amorosa y divertida.
Sana.

Entonces, el dicho es correcto en mi caso.  Más vale sola que rodeada de personas que no acompañen a mi Ser. Tal vez esas mismas personas, en otro tiempo, sean compañeras ideales.

En mi corazón, siempre tendrán otra oportunidad.













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