domingo, 3 de febrero de 2013

que vivan LAS VEGAS!


Este super bowl es el cuarto que mi Pablo pasa en Las Vegas, un día, se le ocurrió que él y sus amigos necesitaban un "viaje anual" para relajarse y que la sede ideal iba a ser "la ciudad del pecado".

Sobra decir lo que al principio pensé de este viajecito...
Tras siete años de matrimonio y un montón más de novios todo lo que une a una pareja se ve desafiado -anualmente- por este viaje.

Yo no soy muy fan ni del juego ni de Las Vegas así que además es bola curva!


Mi teoría es que, en el fondo, todos los hombre son niños.  Como jugar canicas y montar carruseles a esta edad sería una idea patética, se tienen que encontrar otras canicas y un sustituto de carrusel.

Manejar lamborghinis, esquiar, apostar los ahorros, pedir "coctails" cada cinco minutos y disfrutar de un baile privado suena una mejor idea...

mis "rivales" cinco días


Además de que, cinco días no tiene esposa, hijos ni responsabilidad.

¿Suena bien no?

Mucha gente me pregunta  ¿pero, por qué dejas ir a Pablo a ese viaje? 

La respuesta es sencilla, Pablo no es "mío", él es un ser autónomo e independiente y toma sus propias decisiones,  además, según mis cálculos, todo aquello que -puede- hacer allá, lo puede hacer a un lado del Club España en el "Garden Club".

Yo no tengo un cuerpo espectacular ni puedo enroscarme en un tubo pero, soy, sin duda, la mejor mujer que jamás conoció (de ahí que sea su esposa) así que,  trato de recordar esta premisa los cinco días completos!

Vegas, también tiene su encanto para mí...  

Lo extraño... me doy cuenta que es mi persona favorita del mundo, que no hay como él para un consejo y que es mi amante, mi compadre, mi confidente, mi "canchanchán", Pablo es mi -todo para mí-.

Y confío en él.   Confío en que me ama y se sabe divertir sin lastimarme, que me respeta y me cuida y soy su tesoro más grande en la Tierra.

¿ Después de todo, no es eso el matrimonio?

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