Para mí esta festividad nos caracteriza como raza..
Somos burlones!
La muerte en casi todas las sociedades se toma como una pérdida (salvo en el budismo, en donde la muerte es considerada como una oportunidad para trascender).
Para nosotros la muerte se convierte en un pan: pan de muertos!
Qué lógica nos llevó a inventar un pan esponjoso, precioso, lleno de "huesos" y azúcar para festejar a nuestros muertos?
La lógica del folklor!!!
La lógica de la celebración a la vida, la lógica del amor a nuestros parientes, a nuestros amigos, nuestras mascotas...
Amo mi raza, amo a mi gente....
Amo todos los mercados rebozando de colores y dulces, los disfrazes colgados a un lado de las piñatas de burros y las mandarinas.
Amo las calaveras de azúcar y chocolate presentes en los altares de toda mi familia...
Amo las fotos de mis abuelos junto a cazuelas de barro vidriado y papel picado de todos los colores del arcoiris....
Las flores amarillas y aterciopeladas, los manteles de terciopelo púrpura..
El olor a mirra y a copal...
En día de muertos ni siquiera extraño a mis muertos porque vienen a visitar mi altar y a tomarse un tequilita, a fumarse mis cigarros.
Bailamos al ritmo del danzón de mi abuelo jarocho y del chocolate caliente de casa de la abuela María.
Cada pluma que rellena mis almohadas le cubre el sombrero...
Se detiene el tiempo y desaparecen las dimensiones y el mundo de los muertos y yo nos convertimos en Tierra.
Yo no estoy muerta pero, quién se ha muerto aquí si les seguimos convidando de nuestro pan?
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