Un corazón tallado en Jade.
Aunque nadie se hubiera tomado la molestia en notarlo:
El corazón de jade palpitaba!
era un palpitar repalpitante!
como el aleteo de una mariposa
(de esas que se pasean en el jardín)
Pero...
todos sabemos que las mariposas aletean
Marcela Carranza Sarquis.
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